Prefacio
Un
denominador común en todas las etapas de la historia mexicana, ha sido búsqueda
del bienestar común y de una mejor calidad de vida de la población. En
particular el gobierno en el rubro de la salud, la iniciativa privada así como
la sociedad han impulsado políticas
orientadas a conocer nuevas metodologías
instrumentales para ofrecer oportunos
expeditos diagnósticos, adecuados tratamientos terapéuticos y una rehabilitación aceptable y digna a los
enfermos. Ha existido un permanente interés por que en el país disponga de una
infraestructura adecuada. Se han planteado administraciones ad hoc para; desarrollar, equipar,
verificar, normalizar e implantar dentro de nuestros centros de salud nuevas e
innovativas tecnologías, tanto nacionales como extranjeras, con el propósito de combatir la enfermedad
humana, puntualizando la concepción del fenómeno patológico como un proceso que
involucra además de lo somático, a lo psíquico y lo social.
Se han abierto y continúan
inaugurándose nuevos programas educativos para obtener licenciaturas y
posgrados en Ingeniería Biomédica y/o ramas afines; se han apoyado un sinnúmero
de proyectos, becas para estudios en instituciones nacionales e
internacionales, así como la calificación de excelencia otorgada por el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología -Conacyt- de dos programas educativos de
posgrado de la especialidad. El reconocimiento para investigadores que cultivan
el campo de la ingeniería biomédica por el Sistema Nacional de Investigadores; y para
la Revista Mexicana de Ingeniería
Biomédica, el reconocimiento como órgano oficial de divulgación científica de
la Sociedad Mexicana de Ingeniería Biomédica, igualmente con auspicios de la
Conacyt. Sin embargo, hay todavía mucho por hacer. Como sociedad debemos entender
el pacto social, moral y ético de la investigación y la técnica en el ámbito
de la ingeniería biomédica.
Para diseñar estrategias realistas y
objetivas que permitan combatir las enfermedades es primordial tener siempre
presente los índices de mortalidad general causados por patologías “propias” de
nuestra sociedad, en todos sus ciclos de pre y post gestación de la enfermedad, laborar metodologías biomédicas y bioingenieriles,
tales como; diagnósticos predictivos y preventivos así como; las metodologías
terapéuticas y manejo íntegro del paciente, demandar acciones sustentadas en el conocimiento de la
epidemiología en México y su desarrollo histórico. Por otra parte, un esfuerzo
ineludible en está búsqueda por robustecer al sistema de salud consiste en
identificar el desarrollo de las
ciencias exactas e ingenieriles aplicadas a los seres vivos. Si antes los
antiguos mexicanos mantenían un intenso intercambio cultural; compartían sus
conocimientos anatómicos, médicos, herbolaríos, etcétera, ahora no estamos
menos obligados al diálogo con la comunidad científica internacional.
Unicamente procurando que estas acciones, vayan a la par, con el avance del conocimiento científico y
tecnológico, así obtendremos resultados
que mejoren la calidad y decoro de vida del mexicano. Desde el período
prehispánico se pueden obtener relevantes aportaciones realizadas por la
ingeniería biomédica. Ese caudal de experiencias nos da memoria histórica,
permite explicar el presente y ha de nutrir la calidad innovativa y tecnológica
de las nuevas generaciones.
Por lo que concierne a la
explicación de las áreas que cultiva la
Ingeniería Biomédica -actividad interdisciplinaria entre las ciencias exactas e
ingenieriles con las ciencias de la vida-,
por nuestra parte, y porque hasta la fecha no se han visto, con un
enfoque bioingenieríl, los inicios y/o aportaciones de nuestros ancestros en
esta disciplina. Empezaremos la búsqueda de los antecedentes históricos de las
aplicaciones de las ingenierías y las ciencias exactas en las áreas médico
biológicas en México. Lo anterior nos lleva a tratar el desarrollo de la disciplina, considerando todos los
factores y períodos históricos y antropológicos que han influido en su
comportamiento, tales como: educativo, médico, científico, tecnológico,
ingenieríl, artesanal y agricolo-industrial, supeditando a esta área
interdisciplinaria, técnica-biomédica, desde la etapa precolombina hasta
nuestra era, en los umbrales del nuevo milenio. No es la intención buscar la
piedra filosofal de los antecedentes de esta nueva disciplina llamada
ingeniería biomédica en nuestro pasado histórico, sino examinar la forma como nuestros antecesores utilizaron a la
técnica y a la ciencia, para conocer y tratar lesiones y/o trastornos de las
funciones vitales de sus congéneres, utilizando sus propios recursos, y
asimismo, entender de lo que fue capaz el mexicano antiguo, y por que no el
hombre en general. Por
consiguiente, en los textos que a
continuación se tratan examinaremos algunos aspectos históricos de esta
estrecha relación conocidos y verificados por especialistas de diferentes
disciplinas del conocimiento como son: arqueólogos, historiadores,
antropólogos, sociólogos, médicos, etnólogos, tecnólogos y científicos. De
igual modo veremos el estado actual que presenta la ingeniería biomédica y
su perspectiva de progreso ligada a
disciplinas afines, en el ámbito nacional e internacional. Por último, se
exponen las propuestas y acciones, que a juicio del autor, deberán llevarse a
cabo en los años venideros, con objeto de fortalecer e ir consolidando la
especialidad dentro y fuera del país.
Si existe un mayor interes respecto al libro completo comunicarse con el autor a: esuaste@cinvestav.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario